De acuerdo con Ángela María Estrada, una de las tantas nociones de feminismo que surgieron, fue la originada en Francia desde la última década del siglo pasado, la cual hacía referencia a la emancipación de la mujer como pilar fundamental. Esta noción se ha enfocado en el problema de igualdad y diferencia en tanto se busca equiparar la participación socio-política de las mujeres y de acabar con la diferencia que se evidencia en las prácticas sociales y económicas de la vida personal y colectiva.
Sin embargo, el feminismo es un proceso histórico de organización de las mujeres en asociaciones formales pero en su mayoría informales, con propósitos comunes que giran en torno a las luchas por la igualdad de derechos, la protección de la mujer (particularmente de la mujer trabajadora) y contra la violencia intrafamiliar, la maternidad entre otros aspectos.
Es
importante destacar que luego de un tiempo, el feminismo como un proceso político
alcanza un umbral bastante elevado, lo cual conlleva a considerar que ya eso no
es suficiente. Por esa razón el feminismo entra en un momento histórico importante,
ya que impone la reflexión y la teorización para permitir el análisis crítico. En
esta medida, el feminismo empieza a ser tenido en cuenta la academia para ser
analizado desde una posición más científica.
Adicionalmente
Estrada asegura que el feminismo se puede entender desde las dos olas en que se
desarrollaba. Por una parte está el feminismo con un carácter político que pretendía
lograr la equidad en el plano sociopolítico; y por otra parte estaba el
feminismo más teorético que estaba abierto a las diferencias y a la crítica de
la cultura.
Se puede
destacar también un momento en el que la incursión de la mujer en el mercado
laboral en países tercermundistas (generalmente en América Latina) es bastante
elevada. Sin embargo ellas son excluidas del otorgamiento de créditos para la economía
informal, pero están obligadas a cubrir todas las responsabilidades del grupo
familiar. En este orden, la mujer cabeza de hogar empieza a marcar una
tendencia importante en el mundo entero, ya que en países desarrollados también
tienen su incursión, pero de manera y por razones diferentes a las del tercer
mundo.
El feminismo
en la actualidad ha conseguido uno de los logros quizás más importantes:
constituir un campo académico que permite ampliar el espectro de comprensión sobre
temas-problema propios de la historia de las relaciones de género, desde un
nivel normativo, el cotidiano personal y el que analiza su transformación. Estas
formarían el objeto del campo académico propio del feminismo. Además, a esto se suman voces de apoyo de movimientos masculinos que
surgen en todas las latitudes, que se denominan incluso feministas para indicar
que comparten las luchas de las mujeres.
Unas palabras finales para complementar el análisis expuesto hasta aquí en relación con el feminismo en América Latina. El movimiento social de mujeres en el subcontinente, según Jane Jaquette27 , ha tenido tres patrones de movilización: la lucha por los derechos humanos (personificada en las madres de la Plaza de Mayo), las luchas de las mujeres populares (principalmente dirigidas al mejoramiento de su calidad de vida) y el feminismo (cuya función académica y teórica es aportar comprensiones y modelos que contribuyan al cambio de las relaciones de género y que prevengan contra la reproducción cultural y social de los modelos que se busca superar). Angela Maria Estrada 1997.
Bibliografia:
Estrada, Maria Angela. Los estudios de gènero en Colombia: entre los lìmites y las posibilidades. 1997. Revista Nomadas.
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